El azúcar, ingrediente esencial en la cocina y la dieta de numerosas culturas en todo el mundo, desempeña un papel vital no solo en la gastronomía sino, también, en la economía. Proveniente de la caña de azúcar, una planta que requiere de climas tropicales para su desarrollo, el azúcar posee una dilatada historia. Con el paso de los siglos, la producción de azúcar se ha expandido globalmente, impulsada por los descubrimientos marítimos y el comercio internacional.
Existen diferentes tipos de azúcar, cada uno con sus propias características que determinan su uso en la cocina. El azúcar blanco refinado es el más común y se caracteriza por su pureza y sabor neutro, lo que lo hace versátil para una amplia variedad de recetas. El azúcar moreno, menos procesado, contiene melaza, lo que le da un color más oscuro y un sabor más profundo con notas de caramelo. También hay otros tipos de azúcar, como el azúcar de coco y el azúcar demerara, entre otros, cada uno con sus características únicas, que ofrecen un abanico de opciones para los maestros y aficionados a la cocina.